Los sonidos
son nidos
de pájaros ausentes
cuando tardas en llegar.
Cuando tu ausencia
camina por la casa sin zapatos
los sonidos se acuerdan de sus nudos
de sus marcas de cigarros en los muebles
de sus húmedas penumbras
en altillos de ajimez sin recuerdos
y se vuelven en mis oídos rasguños insistentes.
Cuando llegas, los ruidos quedan indefensos
huérfanos de contenido
y se esconden sin chistar.
Nosotros achinamos las sonrisas.