Infaustos sentimientos vienen
a trastocar mi lánguida memoria,
queriendo recordar la vieja historia
que delgados hilos la sostienen.
Las hojas del libro fenecieron
al decirnos adios aquella tarde,
nos dijimos nunca hacer alarde
de cosas que a los dos nos sucedieron.
De alli nace mi preocupación
-de lo que arriba escribo-,
porque es tanta mi desolación,
Que hasta la fecha no concibo,
que siendo dueño de tu corazón
debo decir, que sin ti...¡no vivo!
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN, MEXICO, Jul.03/14