Raúl Daniel

Corrupción

Corrupción

 

Me llevaste poco a poco

a que viviese tu infierno,

y de pronto fui un loco

navegante obsesionado

de tus espacios internos.

 

Tú me fuiste corrompiendo

lentamente, día a día,

hiciste que te quisiera

sin importar lo que hacías.

 

La pasión que me encendías

fue permitiendo los males

en que tú me requerías:

aberraciones sexuales.

 

Ayer desperté inflamado

(necesitaba drogarme),

no estabas tú, y, aturdido,

casi intento suicidarme...

 

Con tu partida, la vida

me resulta poca cosa,

ahora sangro por la herida

de tu puñal y tu rosa...

 

Tu puñal, que me clavaste

degradándome tan hondo...

con el amor a tu rosa:

mi sentimiento sin fondo.