Anhelo tu risa,
anhelo tus besos,
tu alma escurridiza
y tu pensamiento inquieto.
Anhelo tus silencios,
tu mirada bonita,
y esos sentimientos
que hacen que existas.
Anhelo tus sueños,
tu mirada de niña,
y el dulce consuelo
de saberte viva.
Anhelo tu sonrisa,
y tu esencia pura,
y tu alegre chispa
en cada tertulia.
Anhelo tus manos
con las mías enlazadas,
y ese afán de mirarnos
cada madrugada.
Anhelo tu baúl
con recuerdos atesorados
y el destello azul
de tus mariposas volando.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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Bajo el Nro. 0614-1214
Maracaibo, Venezuela