Dicen que por los cielos
vieron volar a dos ángeles
que llevaron tu sueño
en brazos y por los aires.
En busca fugaron
tu cuerpo desprevenido
de historias fantásticas
detrás del lucero.
Pero nada encontraron
mejor que tu lecho
allí te dejaron aún dormida
con flores en las manos
y una lágrima cayendo
sobre la almohada.