Creíste que por feroz dejaría atrás lo que creo
Que por mancillar mi amor, te dejaría llanamente,
Y que como si nada, me iría para evitar verte,
Pero eso no está en el ser en que moro.
Pensabas me habías lapidado con las que fueron
Las Piedras de tus palabras
Y que a falta de carne, los perros me habrían desmembrado
Como tu silencio a mi voz
Pero ya verás que más pronto que ayer
Los tallo que pavor te dieron en las tardes de julio
Darán las sombras que habitarás, sosegada y taciturna,
Porque ellas, no como otras, no tendrán raíces por darte hojas