Juan Senda

(((((((EL ÁRBOL HERIDO)))))))

 

EL ÁRBOL HERIDO


 

En el arbusto dolorido hay una sombra de farolas

 

que alumbra a la serpiente devoradora de amapolas,

 

y desangra las raíces de las ideas soñadoras,

 

y tienen ojos de hierro y van imitando a palomas,

 

tienen yunques de trapo y de papel que no se moja.

 

 

Ay, qué sombra y qué serpiente con cuatro bocas se asoma

 

la boa, amigos, que le sirven de bufones y de adulines e idiotas,

 

estos guiñoles se echan suertes a ver quién baila la mejor jota

 

si el buen pensador o aquel necio o aquel sutil hipócrita,

 

pero al final cae siempre en el mantenedor

 

de la serpiente que tiene dientes y cuatro bocas,

 

e hipnotiza y cuenta cuentos a los guiñoles que son idiotas.

 

 

Ay, qué sombra y qué serpiente devoradora de amapolas;

 

vaya cuento, vaya historia de doña Juana la bailadora

 

que se divierte mirando siempre a la serpiente de cuatro bocas,


pues ya se acaba el grande baile de esta parroquia, 


y la serpiente de mucha cola pues ya no baila,


pues ya no canta esta cigarra las melodías de aquellas jotas.