Hoy escribo
porque ya no tengo
cosquillas en el alma.
Y ahora lamentarme
es tan inútil
como cagarse en cualquier dios.
Y si ofendo a cualquiera
no lo intento
es sólo lo que musita el alba.
La vida no subleva,
ni la hoguera se prende,
es mi voluntad la que despide calor.
No hay vida
no hay muerte
dígame lector
¿soy un indecente?