Manjar del cielo engendra tu boca,
es cáliz sacrosanto que anhelo brindar,
tus labios son la copa para mi sed saciar,
Si tus labios tuvieran ponzoña
o brotara un manantial amargo
con las mismas ansias los quisiera besar,
No tengo un límite ni lo pienso tener
para cuando llegue el momento
de anclar mis besos en tus labios.
Tu boca es la mar, la mía la barca,
tu lengua el puerto donde quiero entrar.
Fragancia de flores
y aromas de primavera
destilan tus labios al besar,
ansío con ese aroma mi cuerpo perfumar.
Autor: Ronald Tadeo Ramirez Elizalde