Hoy quiero decirte adios
porque es mucha la aflicción
que inunda mi corazón.
Un amor puro y limpio te entregué
y al final, de nada ha valido.
Pensar que te conocí
en una noche callada.
Nuestras almas desoladas
buscaron darse calor
y así poder olvidar
las penas que nos colmaban.
Hoy, la tristeza has superado,
y buscas un nuevo amor,
sin tomar en consideración
que yo te extendí mis manos,
le di color a tu hogar
y tus heridas curé.