Hoy dedico el más puro sentimiento,
Un auténtico e infinito fervor,
A quien acabó un inmenso dolor
Que yo vivía en aquellos momentos;
A esa mujer que llegó como el viento,
Y como el viento, después se marchó;
Otra aventura fugaz encontró,
Que le otorgó un destino muy adverso;
Sin embargo, siempre estará presente,
Dentro, muy dentro de mi corazón;
Que aunque se encuentre ahora como ausente
Está presente, cual bella ilusión;
Vino a mostrarme, con su ánimo ardiente,
De la vida, mi justificación…