A tu Monte de Venus quiero entrar
Con paso sigiloso
Para sentir mi espíritu vibrar
En el prado grandioso
De hierba negra o quizás amarillenta,
Sensual y seductor
Que a toda tentación audaz alienta
En aras del amor.
Posar mi nuca en tu pradera quiero
Para que su frescura
De rocío, de doncella y venero,
Endulce mi amargura.