Recubiertos de besos comenzamos la vida,
Besos que nos alimentan los sentidos,
Nos dan calor, confianza y curan heridas.
Besos que arrullan nuestros sueños,
Acarician nuestros cuerpos,
Nos enseñan a amar sin medida.
Besos que sin abandonar el espíritu materno,
Los latidos de su pecho,
La ternura del padre y madre
Que a la vida nos trajeron
Nos van descubriendo que hay otro besar
Que enardece nuestro cuerpo,
Que hay otras ternuras, otros sabores
Que desprenden otros labios que no se asemejan
A los que nos han llevado en su claustro materno.
Besos ardientes, besos apasionados,
Besos que conducen hacia un mundo mágico,
Besos salpicados de delicias que adormecen los sentidos
Y nos llenan de dicha si el amor los adorna,
Y de desdichas si no son nobles, si no son sinceros.
Besos de amistad, de amigos fieles,
Besos de Judas, besos pagados.
Besos de hermanos, besos de saludos,
Los que yo llamo, besos vanos.
Besos que se lanzan al viento
En busca del ausente amado.
Besos reales, besos soñados
Besos familiares,
Besos que nos saben a extraños
Besos fríos, besos obscenos que hieren el alma.
Besos de amores maduros, de amores eternos,
De amores que conocieron la dicha,
De amores que sobrevivieron momentos desdichados,
Que vencieron obstáculos, dudas, decepciones,
Besos que sellaron perdones,
Besos alegres, besos de consuelo.
Besos de bienvenida, besos de despedida,
Besos de adiós tras el trasiego de la vida.
Besos dolientes que cubrirán nuestro rostro
Antes y después de cerrar eternamente nuestros ojos.
Besos que en los recuerdos por siempre quedarán grabados.
Autora, Luisa Lestón Celorio.
Asturias- España.
Registrado. Tomo- Con mi Pluma en Ristre.