No hay remedio,
No,
no hay forma,
no quiero que la sangre llegue hasta la fuente...
Si,
tu eras aquel ángel y ahora qué!
Ya no siento tus cabellos volar,
ya no estás entre mis notas,
tus besos no llegan a ningún lugar.
¿Acaso la noche te absorbió entre su vientre y sombra?
¿que quedó de aquella niña que corría por los caminos de las ciudades?
Aquí está la luna llorando soledades
arqueada de tanto bostezar el amor de los amantes no reconocidos,
blanca,
pálida sin saber sobre su destino.
Muerte! puta muerte!
no me resigno...
Ella no lo ha merecido,
la sangre roja como sus labios,
borravino ha sido.
La he visto morir en mis papeles,
No!
no hay remedio,
que la sangre no llegue hasta la fuente,
yo,
no me resigno.