¿Si tú supieras que por ti cuento las horas,
que repaso los días buscando tu sonrisa,
y que anoto en mi libreta mil y un excusas para quererte,
seguirías siendo la de la mirada fría y gesto discreto
o asomaría en ti el brillo claro de la ternura?
Es triste ver como tarda el tiempo cuando uno lo vigila,
y contar las horas no es más que conocer la tristeza acumulada.
Pero si tú dijeras que me quieres de la forma que te quiero
y que te has guardado besos con mi nombre rotulados,
esperando saber que por ti cuento las horas,
repaso los días y anoto excusas para quererte,
entonces te diría que ya han pasado 58 horas desde
que te vi, que he hallado tu sonrisa en 231 días
y que llevo anotadas mil 22 excusas.