Cuando termine el día quiero verte,
mi niña consentida y soñadora,
esperaré paciente a que la hora,
en el lugar preciso nos concierte.
Cuando llegue la noche entretenerte,
contándote la historia triunfadora,
de la cual nuestras almas son autoras:
La historia de un amor que se hace fuerte,
La historia de los dos quiero contarte,
de cómo comenzó en el corazón,
y cuanto ha crecido hasta este punto,
Ya quiero verte y quiero confesarte,
que mi parte favorita es el renglón,
que dice; y así, vivieron siempre juntos.