jarablanca

¡NO ME IMPORTA EL DESTINO!

Yo caminaba por la calle de la vida

confiada, feliz y sonriente,

no imaginaba que a la vuelta de la esquina

agazapada me acechaba la muerte,

estaba disfrazada de cangrejo,

yo la reconocí, y en ese instante...

las piernas me fallaron

y me faltaba el aire,

mis huesos se doblaron,

y me sentí cobarde.

Mis proyectos de vida

estaban en el suelo,

rotos en mil pedazos

enmarcados en negro.

¿Y qué seria de él?

 ¡El amor de mi vida

quien tantas ilusiones

conmigo compartía!

¿Cómo me iba a marchar

dejándole esta herida?

No sé qué me pasó

 ni qué cruzó mi mente,

pero en ese momento

y casi de repente,

dejé de tener miedo

y me sentí valiente.

Me levanté y grité

_ ¿Qué haces en mi camino?

_He venido a ayudarte

a cumplir tu destino,

porque en el está escrito

que tú vengas conmigo.

_¡Si está escrito lo borras

no me importa el destino!

¡Si algo tengo seguro

es que no iré contigo!

¡Y ahora escúchame bien

yo no digo quimera,

defendiendo mi vida

voy a ser una fiera!

Para librarme de ella

pasé por tratamientos

que a la vez que curaban

maltrataban mi cuerpo,

y en mis noches más negras

cuando desfallecía,

acunada en los brazos

de quien yo más quería,

imaginé batallas

donde siempre vencía.

En ellas me enfrentaba

a un terrible cangrejo,

me ganaba en tamaño

mas no me daba miedo,

le arrancaba las patas,

aplastaba su cuerpo

y después lo lanzaba

 lejos de mí, muy lejos.

 

Han pasado los años

ahora vivo tranquila,

feliz y confiada

camino por la vida,

y no le tengo miedo

a volver las esquinas.