Que esperamos uno del otro?
Que seamos capaces de quitar las piedras
del camino y caminar sin tropezar.
Que tengamos conciencia de nuestras
fortalezas y debilidades sin que nos
aprovechemos de ellas.
Que sepamos respetar y reconocer carismas
y valores personales y sobre ellos edificar
un sueño antiguo.
No tengamos miedo de entrar en el recinto
de la ternura, que no sintamos rubor al
confesarnos débiles, que la verguenza no
asome al solicitar el estímulo del otro.
No interpretemos el amor como una debilidad
que sea un manto de protección para ambos.
Que conozcamos nuestros errores y nos aceptemos
sin recriminaciones y caminemos juntos para corregirlos.
Que cada amanecer alimente el amor con un nuevo
panal de miel, y que antes de salir el sol nos dirijamos
al jardín interior para cortar una flor cubierta de rocío
y ofrecérnosla sin palabras.