Señor, enséñanos a orar
Señor, enséñanos a orar; despiértanos temprano
y dinos tu consejo cuando, al orar, callamos.
Enséñanos a orar con perseverancia,
que no nos distraigan ni nos venzan
las astucias de nuestro enemigo,
sino que, alabándote y adorándote,
te oremos, muy agradecidos.
Señor, enséñanos a orar de madrugada,
cuando la calma es total y nuestras almas
aún no se agitan por la lucha diaria;
y, al terminar, del día, la batalla,
sin haber dejado de orar ni un momento,
gozosos de estar en tu presencia otra jornada,
el amén te demos.
Que aún en los tiempos más terribles
sólo en ti esté nuestra confianza,
para que orando así
la unión de los hermanos procuremos,
y demos por fin al semejante
el mismo amor que reclamemos.
Enséñanos a orar por la justicia
Señor, pero sin justificarnos,
otorgando el perdón a todos esos
injustos que nos hacen daño.
¡Oh!, sí Jesús, Nuestro Señor,
enséñanos a orar... ¡Haz el favor!