Que mis alas cansadas
toquen las alturas,
que un impulso de tu viento
me arrastre en rafagas de luz.
¡Y las gigantes olas del mar cristalino
me arrastren al centro de tu voluntad
en oración, en oración al trono!
Mientras toco el suelo con el rostro
me alzas con el beso de tus brazas
me das vida con el alimento de tu libro
¡Ahora puedo decir que iré!
Y grito que iré y en nombre de tu decreto
suelto suelto proverbios, bendiciones
sin merecerlo hablo su profecía
por gracia soy un espejo de su cruz
dando vista los pequeños
que en ceguera buscaban esa luz
Y vuelo
Vuelo en las alturas de mi destino
vuelo en las alturas de tu visión
Y nado
Nado en el profundo mar de vidrio
nado en el río de tu corazón