La noche me contempla de lejos,
en esta sombra fría de nostalgia y alegría,
te cuento y te escucho, te sueño,
abordo la nave que me llevara a ti.
Los signos han sido separados por el destino,
la luna se entristece,
pero en alguna noche volverá a sonreír,
y a cubrirnos cálidamente…
porque escucho atenta las palabras
desprendidas de nuestros labios,
que aunque yo me fuera lejos
y tu cuerpo no estuviera a mi lado,
nuestra luz nos seguirá alcanzando,
nada nos impide amarnos,
la distancia no es motivo
cuando tú estas siempre en mi camino.
Mira la noche, mira las estrellas,
son los indicadores de los sueños,
y a pesar de eso podemos moverlas,
solo hay que quererlo.
Están para nosotros,
para adornar nuestro cielo,
para guardar los tiempos
y escribir en las memorias.
Búscame cuando me necesites, yo estaré pensando en ti,
visítame cuando quieras, yo te estaré esperando,
cuando yo lo aprenda siempre iré a tu lado,
aunque mi pensamiento y mi amor
de allí nunca se ha apartado,
la noche es nuestra, no lo olvides,
la luna nuestro candil eterno,
las estrellas nuestros sueños,
la tierra nuestro aposento,
el universo,
el sitio donde nuestras esencias se contemplan y se acompañan,
con una amor que calla,
con un beso de polvo estelar, de aurora boreal,
poseemos todo es verdad,
pero aún así
quisiera tenerte aquí.