Murialdo Chicaiza

UNA MUJER

   

Es una mujer, más bien una niña

sus pestañas se deslizan

navegando en sus hermosos ojos

espejos de llanto

carnosas cámaras que a veces me miran

tristes, ora melancólicos, ora idílicos.

 

Su tez de blanca amapola

húmeda y sedosa

su cuerpo de musa esbelto y gracioso.

La vi tras un cristal electrónico

donde pude ver las cuatro dimensiones

de los siglos pasados

donde el rocío es celda de luz.

 

¿Dónde estará ella ahora?

Tal vez la eternidad  y su desconocida mano

Me la arrebató hacia la nada.