Aquella que fuera nuestra casa,
Hoy luce desierta.
Tiene un halo apocalíptico,
Un sol que se refleja bipartito
Y mil sombras sin sentido,
Mientras el graznido de las aves reales
Contrasta con el silencio de un gilguero
Esperando el agua viva que salte
De una fuente que se murió con el tiempo.
No se mueve una cortina de sus ventanales,
Como si adentro se fraguaran traiciones
O silenciosas se hicieran realidades.
Aquella banca que fue cama en atardeceres
Es descanso de sombras y adorno para nadie
Mientras aquél árbol antes plagado de nidales
Ahora ve de lejos vistosos cadernales.
Te imagino en un rincón atisbando por los ventanales,
Ahí donde la luz del sol no roce tu piel,
No sea que borre caricias ancestrales
Con un fuego extraño que deje cicatrices imborrables.
Y pensar que no hace muchas lunas
En aquél patio se paseaban los amores
Con plumas extendidas cual vistosos pavorreales.
Hoy sólo queda una casa vacía,
Un monton de recuerdos
Y un amor vestido de apostasía.
(VOZDETRUENO)