Y pasa lentamente, debajo de mi puente, el agua de la vida.
Contemplo su lento pasar, que me hace reflexionar… pensar.
Única oportunidad dada, inmensamente valorada, por Dios regalada.
Muchas veces desperdiciada, maltratada, poco acariciada.
Del pasado no soy responsable, viví una infancia poco laudable.
Mi presente se presenta, como puerta abierta, un caminar sin prisas, en manera lenta.
El futuro solo será lo construido en el presente, ya viene sabia y prudentemente.
Siento dentro un surgir, un río en su lento fluir, muchas ganas de sentir.
Contigo de la mano, sintiéndote a mi lado, el andar se hace liviano.
No quiero temor sentir, solo contigo combatir, por un pleno y justo vivir.
Enséñame amor ha amarte, dispuesto estoy a respetarte, sé que el amor es arte.
Si caigo, ayúdame, por favor, a levantarme; si me hiero no dudes en curarme.
Con palabras puedo herir, con miradas hacer sufrir, perdona mi irruir.
Aunque parezca fuerte y decidido, dentro soy un tímido, un niño herido.
No te prometo el cielo o la luna en su morada, pero si mi alma siempre de ti enamorada.
Gracias amor por quererme, sin yo eso merecerme, bésame hasta adormecerme.