Ella no era para mí
como es el agua al campo.
Nunca ha sido para mí,
como para el mar un barco.
Nunca ha sido para mí
como el sol es para el día,
ni como un verso es escrito
para una poesía.
¡Nunca! Nunca ha sido para mí,
¡estoy seguro de eso!
Ella no fue para mí
tampoco fueron sus besos,
esos besos que no vi...
apenas ni los recuerdos.
¡Maldita! Maldita sea
la flecha que atravesó
(cuando yo la conocí)
de lleno mi corazón.
¿Por qué volví a caer
de nuevo en el mismo error
de amar tanto a una mujer
que tan siquiera me amó?
¡Nunca! Nunca ha sido para mí,
¡estoy seguro de eso!
He tardado demasiado
en darme cuenta, ¡confieso!
que he gastado mi cariño...
¡Doy pena!, me compadesco.
¿Por qué no puedo olvidarla
totalmente de mi mente,
por qué sigue cada hora
en mis recuerdos presente?
¡Nunca! Nunca ha sido para mí,
sin embargo la esperé
el que algún día dijera:
“también te amo Manuel”
¡Nunca! Nunca me entregó su amor
y he perdido mucha vida...
destrozándome su adiós.
(ermanué) 12 de julio de 2014