En mí mente cruzó la mala idea de hacer daño a cierta persona, por el mal que me había hecho y a mi misma.
Por su mala sangre. Y mi falta de madurez.
Existe una pequeña ahora mujer, triste, desorientada, que está sufriendo las consecuencias de nuestras, estupideces. Como le pido perdón, si ni yo misma, me perdono, sólo sé que es verdad que en la vida mía, mi penitencia es verla sufrir.