Con un rostro de mujer,
con la fe de un buen amigo,
con el perdón o el castigo,
con el sabor y el placer,
con el salir y el volver,
con la brevedad del día,
con una vieja grafía,
con aliento, sin rencor,
con el valor o el temor
se arma, así, mi poesía.
Con amor o desamor,
con ilusiones o penas,
con el sentir de mis venas,
con alegría o dolor,
con el cáliz de una flor,
con la luz del universo,
con la vida o su reverso,
con el sol, con su añoranza,
con la fuerza que me alcanza
voy componiendo mi verso.