Soy llorona. No puedo evitarlo. Lloro con la misma asombrosa facilidad con la que sonrío. Creo que mi cara nació para reír o llorar, a veces incluso al mismo tiempo.
Tan necesario el llanto, como menospreciado y rehuido. siempre se habla de la necesidad de sonreír a la vida, y pocas veces se dedica un merecido homenaje a esta increíble forma de liberación y expresión interior. Las lágrimas no son siempre tristes, también simbolizan la emoción desbordada, el amor incontrolable.
¿Quién no ha derramado lágrimas al contemplar una bella melodía, una bella puesta de sol, un gesto de ternura?
En los peores momentos de nuestra vida, las lágrimas mojan nuestros sentidos evitando que se sequen y acartonen.