Me arrastras inexorablemente hacia ti,
desatando en mi corazón olvidados sentimientos,
atracción infinita que me acerca indefensa a tu piel,
pasión desatada azotando cada fibra en mi cuerpo.
Que naufrago en el profundo océano de tu mirar,
que en el abismo de tus ojos negros me pierdo,
que al mirarte te entrego los secretos de mi alma
y te digo aquello que mis labios callan por miedo.
Te arrastro irremediablemente hacia mí,
cautivo del imán de tus inconfesables deseos,
hoguera que se prende en cada poro de tu piel,
pasión desbocada en tu antorcha de fuego.
Que sucumbes al hechizo infinito de mi mirar,
que en mis ojos verdes logras detener el tiempo,
que al mirarme confiesas los desvelos de tu alma
y puedes amarme sin siquiera rozar mi cuerpo.
Me miras y dices tanto sin poderme hablar,
sin que tus labios rompan este maldito silencio
Tan solo una mirada furtiva, secreto entre tú y yo,
y nuestros ojos gritan su amor entre suspiros de anhelo.
¿Acaso nadie ha logrado percibir el resplandor
de nuestros iris y nuestras pupilas ardiendo?
Ingenuos aquellos que no logran ver y descifrar,
de los ojos amantes los ocultos mensajes secretos.
Te miro y sin decir nada te puedo confesar,
sin que mis labios se muevan ni por un momento,
que late exaltado mi corazón al estar frente a ti,
que en mis noches te pienso y en mis días te sueño.
¿Acaso nadie ha descubierto a nuestro alrededor
el diálogo que mantienen nuestros ojos en silencio?
Ingenuos aquellos que no ven esta historia de amor,
esta ardiente pasión cercana a consumar sus deseos.
Adoración Medina
12/8/14