Día a día… en silencio
o a veces a gritos.
Escondiendo el dolor…
maquillándolo
O esgrimiéndolo
como un arma
en contra de los bárbaros.
Con las manos extendidas
o los puños apretados.
Bajo la tenue luz de la luna
o expuesta a la luz del sol.
En los más recónditos lugares
y desde cualquier rincón de la tierra.
Las huellas de tus pies
delinean los caminos.
Vas abriendo los senderos con tu paso.
Las huellas de tus manos
dibujan los contornos
de todo lo creado.
Tejes y destejes
los sueños de los hombres.
Eres raíz, eres fruto, eres semilla.
Eres “Mujer”
por naturaleza o por elección.
Eres hija, madre, hermana,
esposa, amante, amiga
Día a día…
juntas los pedazos
y te pones de pie.
Día a día…
renaces de las sombras.
Días a día…
te rearmas y resurges.
Estás pariéndote a ti misma,
en medio de la nada.
Te vieron caída
y pensaron que eras débil.
Te creyeron vencida,
casi desahuciada.
No saben que la fuerza
no es prioridad del cuerpo.
La fuerza, amiga mía,
es prioridad del alma.
Y mientras aún brille
en tus ojos una tenue luz
Aún será tiempo
de pelear batallas
Y de ganar guerras
en pos de lo que amas.