Tú me besas en silencio
y amarras mis manos a las tuyas
mientras te contemplo
con mágica ternura.
Tu me miras y callas
y te entregas plena
tu alma ya tiene alas
y con ella vuelas.
Me miras y sonríes
me observas y no hablas
tus manos son alelíes
que florecen cuando callas.
Me sigues inundando de besos,
me impregnas tu sentir
y yo amoroso te siento
como mi flor de alelí.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela