Con su viento seco, su olor húmedo, dejó cicatrices en mi cuerpo.
Arañó mis sueños, como quien labra un campo muerto.
Me confundí en repartir besos,
En estrechar manos y abrazar seres iluminados, por las luces del infierno.
Me equivocó tu miedo.
Erré con tu silencio.
Por eso,
No me encuentro.
No me sustento.
No me mantengo.
No me entiendo.
Menos ahora, que paso aquel invierno.
Me engañó el tiempo.
Seguramente entraría otra vez, a su señuelo
Perdiendo la cabeza, el tronco, las manos y hasta el poco cerebro,
Porque ver tus ojos, no entienden la palabra dueño.
Recordar el sabor, de tus labios a hielo,
Tus manos frías y mi cuerpo ardiendo.
Me equivocó tu miedo,
Cuando estando juntos, parecíamos dos presos.
Erré con tu silencio
Como erran los muertos, pensando en el cielo.
Me engañó el tiempo, pero ya pasó aquel invierno.