Bertini

OBSECIÖN

!qué bello es recordar aquel momento¡

cuando,exorto a la luz de tu ventana,

quedé mudo,sin voz y sin aliento,

al verte tan hermosa y tan lejana.

 

Mas hoy sigo esperándote entre abrojos, 

sin poderte decir que, aquella tarde,

te besé con el alma y con mis ojos,

y te entregué mi corazón cobarde.

 

¿Por qué,ángel mío,yo que te quiero tanto,

te burlas de mi amor y mi quebranto,

y me hundes el puñal de tus reproches?

 

Pero guardo mi último consuelo

de encontrarte al final allá en el cielo,

bajo el gélido polo de mis noches.