No vino el buen Galileo a traer paz a esta tierra, no vino
Dijo que traía espada, temor y se enfrentó a ellos
A los de siempre, quienes, ni tardos ni lentos
Tramaron quitarle la vida, era un estorbo
La presencia del galileo, un escándalo.
Las mesas habían sido volcadas
Traía látigo e ira en sus ojos.
Llegó humilde y poderoso
Manso y con la garra
Del león de Judá
Jesús sabía
Que no podría
Esperar más tiempo:
A César lo que es del César
A Dios lo que es de Dios, el amor
Lo acorralaba por sus costados, el amor
Que algún día podría renovar a los hombres
Esta sería su creación de dios-hombre, de misterio
Y vino el beso en la mejilla, la corona en la herida frente
La agonía en la cruz y la muerte. Fin del primer acto. Más vive
Como vive aún el bien y el mal en el adánico ser de cada hombre.