Abracé tanto estigma,
entre tantas espinas caminé,
tantos discursos me nombraron,
y ya tan solo me quedé.
Con aquellas figuras de arlequines suspendidos
en mi memoria, sólo recuerdos atiborré
que hoy se borran poco a poco en el tiempo.
Queda el sol alumbrando cálidas formas,
que se van perdiendo entre penumbras
sin luz de vida, sin sentimientos,
vacíos, sin amor.
CARLOS A. BADARACCO
25/5/14
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