Darío Ernesto

Amistad

Amistad

 

Crisol, de llanto, consuelo y risa

cuanto ello me evoca

la bella amistad.

Sin masculino

sin femenino

genero de las sedas más refinadas

donde se inscriben los recuerdos

en el que tu  y yo

fuimos danzantes, en adversidades

se fundieron nuestras lagrimas

con solo suspiros.

Loco el corazón tirita, sabiendo que te ausentaste

mi pequeño amigo un día

y quede tras la ventana

llorando,

en un invierno sin luciérnagas, sin pájaros, sin risas,

te encallaste en mi amistad

en nostalgias

en cada poeta que existe

y aunque el pétreo  mármol que sofoca el pecho

sobre tus manos cruzadas

tus huesitos alabo

y beso tus versos

amado amigo extinto poeta

pues devoto a tu amistad

abracé tus bellos versos

y seguí la huella

llevándote en la cargada bolsa

de la universal amistad

lejana y solitaria

existes en ese paramo de fugaces trozos de luces

que descienden del cielo

tu alma, mi alma, 

todas las almas

niños, animalitos silvestres

alados, o irracionales

que importa, en cada ser que emita calor y compañía

emanarán del esas almas

amistad,

 ya fuere que sea  aun en un simple poema

el día del amor, el día del amigo

aun vivo, aun muerto

el débil sueño eterno

no derrocará a la tersa amistad

ni los rieles fríos en invierno

ni los muelles  oxidados,

ni los lejanos barcos

ni los viejos abuelos

pues en cada gesto de todas las cosas vividas

existió tras las caras tristes, mendigas

un amigo, nacido para el desconsuelo

allí al costado de nuestro camino

amigo, amigo

tu consejo atesoro

salvaste mi vida

entregando en cambio un abrazo.

cada día ,cada año, en cada estación del tiempo

fue, es y será el día del amigo,

en todos los idiomas, en todos los versos

en cada ser que alumbra en nuestra conciencia.

Darío Ernesto Muñoz Sosa

Autor.