291. aSÍ He AprEnDiDo A qUerErTe
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A quererte así, aprendido he, aunque te encuentres inerte
con chamizado semblante y tan erguido tu plante es,
tan recto, erecto, imponente, estando siempre potente…
aunque ensimismado pareces... siempre me enorgulleces.
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Mi frente reverente, inclinase y lo aberrante es confeso:
en continua contradicción encuentro me
por tu incondicional entrega y el hielo de tu indiferencia aplastante es.
En un instante eres riqueza y pelados chamizos luego ves.
Así, aprendí a quererte, admirarte, maravillarme,
asombrarme, aceptarte, disfrutarte… hasta deleitarme.
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Aberrante contradicción, en mí, es casi, excitante.
Vives en cambio estacional :
si invierno te hace inerte, reverdeces cual primera vez fuera,
para relucir en estío y poco a poco claudicar en otoño
hasta el final de la cadena, más didáctica que humana…
en el mundo terrenal y así profusamente avanzar
cada paso en el camino de luchas y triunfos,
cadencias y decadencias más enseres necesarios
cuando atardece la vida y la Dama Fría se aborda
y sin regreso a los cuartos... más nunca llegarán
en la comarca mundana donde la Parca asesina
en su hora reinará en los despojos extintos....
y el alma libre y sin cadenas al infinito volará
con el Altísimo se encontrará y con la llama de alegría
las cuentas inmortales gratamente rendirá...
y eternamente vivirá en Paz en la Morada Postrera.
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R.D.A. de esthealrez de Colombia
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