Mi alma transida en los atardeceres de verano
ve morir otra tarde
como deben morir los ocasos en algún universo
inutilidad de penumbras
rastrojos que saltan en mil chispas.
La tierra en paz yace verde aún
verde en todos los matices
maravilla en verde
lejanía en pardos y azules
cañadas que se quiebran en sombras
azules tiranías, ecos callados.
La fiesta de luz termina, el estío en llamas
se apaga en un torrente de briznas
mi corazón no descansa
es un animal manso
que no puede salir de su prisión.