Una muy pulcra señora,
presumía de ser muy \"macha\"
y no hallaba como matar
a una pobre cucaracha.
Apachurra con su pie,
a tan asqueroso bicho
-parece que la maté,
por cierto tronó muy \"chicho\"
Y cual sería su sorpresa,
que el ortópero en mención,
se recuperó en segundos,
y siguió de correlón.
La dama con asco y todo,
tómala con su manaza,
y la avienta con coraje,
al W. C. de la casa.
Para asegurar su muerte
la cubre de insecticida,
-ahora sí, no te escapas
aquí se acabó tu vida.
Continuó con sus quehaceres
de manera muy ufana,
se acercaba ya la hora,
de pegarle a la \"botana\"
En eso llega su esposo,
y se va directo al baño,
no se explicaba el señor,
que pudo haberle hecho daño.
Sentado haciendo del \"dos\"
saca y prende un cigarrillo,
arrojando hacia la taza,
aun con llama el cerillo.
El jefe de aquel lugar,
que por cierto traía \"pujo\"
no supo a que atribuír,
la explosión que se produjo.
Las quemadas que sufrió,
fueron en partes sensibles,
de este tipo de accidentes,
uno se da en mil posibles.
Los bomberos como siempre,
llegaron a toda prisa,
al ver al señor quemado,
casi mueren de la risa.
Era tal su hilaridad,
que soltaron la camilla,
salió botado el paciente
por toda la escalerilla.
-Que mala suerte la mía
tengo mis \"partes\" quemadas,
la pelvis y dos costillas,
me han quedado fracturadas.
-Hoy dejaré de fumar
adios a mi mala racha,
y se lo voy a deber,
a una simple cucaracha.