Armada con la pluma y el papel
vengo dispuesta a escribir un soneto,
siento mi corazón que late inquieto
tengo miedo de no poder con el.
A pesar de mi miedo yo lo intento
si hoy no lo consigo será mañana,
pero yo no me quedo con la gana
de intentar superar un nuevo reto.
La vida me enseñó que en las batallas
el mayor enemigo es uno mismo,
el miedo paraliza, y si tú fallas
te quedarás al borde del abismo,
y sentirás que no has tenido agallas
y te condenaras al ostracismo.