¿De dónde te ha venido ese cabello azul,
ese rostro mas adornado
que él bosque en primavera?
Nada se atreve con tú sonrisa,
Ni las plazas adornadas en sus tradiciones.
Nada, nada puede con la cascada de tu boca
Ni la arena con tus pasos
Ni el polvo que emigra donde quiera
Nada vi mas obscuro
mas que ver tus ojos cerrados,
¿no viste que tú eras todo en un segundo?
¡Ah!,
Como creció aquel segundo
llego a ser la hora culminante de todos los siglos.
¿quién ventilara mi alma
de lo que me dejaste ardiendo aquí adentro?
Que todo quede en el fin de las olas
Y la marea del olvido no se agite tanto