Tarde hermosa de verano
a mi vida con ilusión llegaste,
te miraste en mis ojos
y mis labios los besaste.
Me hablaste de tu vida
de lo enamorado que estás de mí,
tanto tiempo esperando
que yo te dijera que sí.
Con qué ternura me abrazaste
tu gran amor me entregaste,
pasión, anhelo y deseo,
tus labios, me cubrían de besos.
A tus brazos me entregué
se desbordó la pasión,
tu cuerpo sobre mi cuerpo
era un volcán en erupción.
Inmensa tarde de verano
nuestro lecho fue un oasis,
tu amor candente y profundo
enloquecí, con tus bellos susurros.
Mi piel era seda fina
mis labios un pozo de besos,
mi corazón acelerado
de emociones y de sueños.
Este amor que tú me entregas
en mis sentimientos fluye,
deseo que estés a mi vera
en una nube de colores.
Rosario Ayllón
Poetisa del Amor