Vuelvo a ver ese espejismo,
que en el desierto nocturno
me niega el agua de tu cariño.
Y ese arenal inmenso, donde tus ojos
verdes como el oasis de amor
me llena de esparanzas vivas
pero el simún envolvente
me azota la calurosa mente.
Y quiero sentirme un águila
para sobrevolar tu sombra
reflejada en mi alma asolada,
si supieras que solo tu mirada
sería como un vaso de agua
para borrar la quebrada
que nuestro amor agrietó.