santos castro checa
UNA ORACIÓN POR LA VIDA
Extiéndeme desta vida, un trozo de amor al corazón,
un bocado de pan del alma
para mitigar el dolor del hombre,
desos gritos del silencio, del palpitante vientre,
del escalpelo que asesinar al hijo en la andorga...
Y devolver la esperanza al niño que suplica y ora, ¡piedad!
en la ruindad de su piel hecha jirones,
¡Cómo llora silencios, remordimientos y sollozos
la oscura matrona, frente al Cristo franco
¡El Dios-hombre, del Gólgota y Centurión que teme
al que vencer al estilete de la muerte
y burlar, al Hades que se quedó con hambre.
Entierra, Señor, en tu celestial misericordia,
a la lóbrega sombra del espanto, al cruel dolor
y no volver jamás a corroer al corazón...
¡Que vengan con pan y vino,
desde los rincones de la tierra y del infinito
a la célebre cena del Señor, con los hombres
de rodilla hincados y brindar por la vida, ¡oh, Dios!
Escóndenos del fatal manto de la muerte, ¡no más!
Llévanos, Señor, ¡Señor del rústico madero,
con tu canto tierno entre la brisa
hasta los llanos, hasta los montes,
¡aprisa huya filuda espada y ensangrentada,
huya para siempre a transformarse
en fragancia de magnolia excelsa,
en el renacimiento de la vida, sin indiferencia.
¡Oh! ¡Vuelvan de sus destierros, fantasmas que dormitan!
¡Vuelvan! ¡Que la paz es la verdad y la guerra, olvido y mito!
¡Que vuelva la bonanza y más amor!
¡Que vuelva el emblema de la concordia a marcar las frentes,
a ofrecernos sin piedad sus néctares celestes,
en este suelo ensangrentado de impiedades!
¡Aleluya! ¡Ya se escucha un canto de amor y de amistad,
flama que calcina cautiverios de iniquidad,
fuego arrasador destruye a la maldad,
Autor: Santos Castro Checa
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