NO hay desesperanza mas grande, que saberse jodido; por un amor malherido, que no permite suspirar.
Es el tiempo perdido, las horas suicidas, los motivos sin ilusión, sin efecto, incapaces e insípidos de crear algo, de sentir, tan perfectos, que son incapaces de cambiar; en su intento desesperado de encontrar amor, donde no lo hay, solo temiendo el compromiso de encontrarlo. Y al hacerlo dar a su existencia fin.
De antemano esperando no ser suficientes, ¿Qué haría de conseguir todo lo deseado?. ¿A dónde se iría la inspiración proporcionada por la dulce incertidumbre?.
¡OH tal infortunio!, necesidad absorbente, el abatimiento es intolerable, el tiempo parece un juego, tal como el amor y semejantes; cuando nada significa, nada deja, nada busca, solo, soledad asfixiante y somera. A simple vista apacible, cándida hasta agradable.
Y despiadada.