Desde el mismo momento de nacer
desde que respiré por vez primera,
verano, otoño, invierno y primavera
amo la vida, amarla es un placer.
El embrujo de un nuevo amanecer
ese sol que aparece cual esfera
la mañana resulta placentera
es cada día un nuevo renacer.
Por eso cuando llega la mañana
y siento nuevamente que estoy viva,
abro de par en par cada ventana
y respiro su esencia que cautiva,
y nunca yo la miro con desgana
pues su sola presencia me motiva.