He leído
y he dejado que de mi ser
se desprendan sentimientos,
he comparado tu belleza
con el movimiento de mis ojos
y el de las olas en la marea baja,
el paisaje se quiebra en una mueca
y en el horizonte me llegas
tristemente transparente
en el silencio de tus huesos.
Desde mi carne parte el beso
como un simple acto de deseo
y desde mi ser interior a nacido un nuevo sueño.
¿Quien sois? Y yo te quiero.
Tu noche es mi noche desfasada
en el misterio de tus ojos negros
y el de tu boca que aún me aguarda
en el amor que encalló a la deriva
del mar que se resiste a partir indemne
y deja nuestros cuerpos a medio hundir.
Y yo te pienso entre mis sábanas baratas,
tu rostro tierno, tus labios sedientos
entregada a pleno a mi lujuria de letras
como una reina corriendo al encuentro
del secreto mejor guardado,
tesoro del gemir de tu cuerpo abierto
y el placer de desenterrarlo
desentrañando memorias,
desclavando cruces hasta volver a la playa
liberando el envase del destino hasta el delirio
para que carne y huesos se alcancen
y se abracen en la felicidad
del amor infinito que creíamos perdido.