LA MAZMORRA DE LOS SALVAJES
Ya se oyen los tambores
volando en distintos ecos,
son los carros de combate,
ya están aquí los muleros,
todos con el rostro mustio
cantando como los héroes.
Ya está comenzando el llanto,
como el espanto primero,
sangre que lo chupa el barro,
y los rastrojos del suelo.
los jinetes y caballos
comienzan quemar el cielo,
la tierra se anega en sangre
y el humo se marcha suelto.
Son relámpagos de bronce,
son las manos del infierno
que van derribando vidas
y van enterrando muertos,
en las fosas solitarias,
solitarias y en secreto.
¿Dónde estás,compañerol?
¿Dime en qué puesto?
¿De corneta? ¿De mulero?
¿De amanuense o camillero?
¿Dónde estás, compañerol?
¿hAciendo miles de versos?
¿dando recitales a tus envusteros?
Donde estuvieres, estuviste:
caminando con tu cuerpo,
con tu alma y con tu espíritu
transportando tus lamentos,
y en tus caminos de sangre
recuerdos vas recogiendo.
No sé donde estuviste,
pero donde estuvieres,
te veo
y sé que vas anotando
y recontando los muertos.
Todavía sigues vivo
con el mismo pensamiento
y sigues en tus caminos,
caminos de sangre y versos.
Versos para la justicia,
la justa para el obrero,
sin dejar al campesino,
la diáspora del pueblo,
y los de una España libre
con el más sangriento verso.