… “En que quedo la poesía, en que quedo el aprendizaje de amar sin esperar”… (Swuenke & Nilo)
La soledad derrotero culposo, instigador del suicidio
libertador del terror de no tener un amor perdurable
con quien saborear caricias, compartir soledades, celebrar emociones
Soledad, como explicarte que tú compañera inseparable, fiel y tormentosa,
eres maestra de intelectos y espíritus,
pero tirana de instintos aromas y sudores
No te enojes vieja amiga. pero no quiero tu compañía, ni consejo,
quiero un pecho, una mano firme, una palabra dulce o garabato,
una sonrisa llanto grito, una caricia ansiosa
Yo aprendí a temerte, a pensar que contigo no puedo, ni quiero
Déjame que voy a unirme a mis recuerdos, ángeles tiernos, añejos sabores,
infantes risas, verdades y sorpresas
Déjame no regañes, por ignorar la advertencia de no entrar,
iba distraída corriendo, saltando,
llena de voces, sonrisas, esperanzas, fantasías.
Por eso no ti vi llegar, por eso no te escuche,
es que tenia tantas cosas, todas eran mías y ahora que no me queda nada,
todo te lo di, me sales con que no era lo que esperabas
Que crueldad más espantosa
Amor no me pidas que vuelva a creer o confiar en ti,
ibas ha ser para mi y solo para mi
Pero eres falso, engañoso, ruin, malvado,
nunca te haz quedado solo para mi,
así no puedo, como quieres que siga, si solo tengo yo que amar.
Y yo no puedo sin ti, que eras solo para mi.