A más allá de mi sur…
Un tímido rayo de sol entre nubes,
cayendo despacio
sobre ciénaga espesura…
El verde se mece tranquilo y travieso,
como si fuera su acto
un ritual de ternura…
Más allá, la neblina; se deja caer
en la copa de un bosque,
un bosque encantado;
donde habitan los pinos,
alerces y coigües, también araucarias
de gran hermosura…
Erguidos de amor se entregan a ella,
y ésta traviesa los besa de a poco
mientras rueda despacio
los va envolviendo
con su velo delgado y muy blanquecino…
Desde la punta que toca
el cielo nublado,
hasta el tronco que yace
durmiendo en la tierra,
bordea sus formas jugando a la ronda
pareciera una niña que juega traviesa….
… silva el viento, corretea y ríe…
Se enseñorea mi tierra,
pues sabe que es bella…
A la orilla del sendero
el retamo florece,
el aromo se viste de color naciente…
Quisiera tocarles con mis dedos pequeños
más al pasar sus imágenes
me quedan impresos…
Andra Neira, 18 julio 2014. Chile